El sacrificio de Kaká

El atacante del Real Madrid Kaká explicó a la cadena de deportes americana ESPN el calvario que ha vivido en el club blanco desde que se resintiese de una antigua lesión que sufrió en el Milan. Una pubalgia, molestias que le impidieron jugar con normalidad y que lo trasladaron a un escenario incómodo. Estuvo tres meses en manos de los mejores médicos y de los fisioterapeutas pero las molestias no remitían. “Trabajaba, trabajaba, trabajaba y al final me seguía molestando, me seguía molestando. Fueron momentos muy difíciles”, dice en el reportaje.

El dolor lo trasladó a un estado de desesperación. No podía rendir y llegó el primer distanciamiento con el público porque estaba lejos de su juego. “Decían que me estaba preparando para el Mundial. Cuando llegas a un nivel todo lo que haces tú, no se lo creen”, añade. Pero Kaká no se quedó de brazos cruzados y buscó soluciones. La llegada de José Mourinho al Real Madrid fue vital para su recuperación: “Yo tenía ganas de trabajar con él, para conocerlo un poco más y saber que podía aprender”.

Sin embargo, durante la pretemporada las molestias iban a más y tuvo que pasar por el quirófano para corregir la dolencia e inició una rehabilitación en Sao Paulo (Brasil). “No me sentía bien. Venía con problemas de pubis y con problemas de rodilla. Y he dicho, mira hay que arreglar esto. La máquina no está funcionando bien”. Se puso en mano de expertos y fue sometido a un examen apoyado en la tecnología punta del momento. “Tenía un problema de desequilibrio muscular muy grande. Sufría la rodilla y sufría el pubis”, añade.

“Cuando estás fuera y sin condiciones te sientes impotente. No puedes hacer nada. Hay días que te levantas y no tienes ánimo. No es posible, me decía. Hago todo y me sigue molestando. No sé qué más hacer. No es una lesión física, también es una lesión mental. Hay que ser muy fuerte de cabeza porque es muy difícil”, añade. Hoy Kaká ha vuelto a sonreir. Aparece con más frecuencia en el once titular y ha olvidado las molestias que lo llevaron a la mesa de operaciones y le ha quitado el sueño en más de una ocasión.

 

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